Hay en China una vieja narración taoísta acerca de un labrador...La gente le tenía por rico, porque poseía un caballo que utilizaba para labrar la tierra y para el transporte. Un día el caballo huyó.Los vecinos se compadecieron del labrador por su tragedia.La respuesta del labrador fue, simplemente,esta: "¿Tragedia?¡Quién sabe!".
Un par de días más tarde, volvió el caballo trayendo consigo dos caballos salvajes.Los vecinos se acercaron a la casa del labrador para felicitarle por su buena suerte."¿Suerte?-dijo él-¡Quién sabe!".
Al día siguiente, el hijo del labrador se rompió la pierna al montar en uno de los caballos salvajes.Vinieron de nuevo los vecinos a expresarle su pesar.Pero, con toda ecuanimidad, él respondió:"¿Pesar?¡Quién sabe!".
Una semana después, aparecieron por la aldea los militares encargados de hacer el reclutamiento de los mozos para el ejército y se llevaron a todos, menos al hijo del labrador que tenía la pierna rota.Los vecinos dijeron al labrador que era muy afortunado.Él les respondió:"¿Afortunado?¡Quién sabe!"...
No hay comentarios:
Publicar un comentario